Además de combinar dinámica, estrategia y espectáculo, el fútbol moderno cuenta con un reglamento bien definido que garantiza la equidad y la igualdad de oportunidades para todos los jugadores. La International Football Association Board (IFAB) creó las “Reglas del Juego”, que establecen los fundamentos del fútbol. Estas reglas se actualizan continuamente para satisfacer las exigencias modernas.

Dos equipos, cada uno compuesto por unos once jugadores, incluyendo un portero, compiten en un partido. El objetivo principal del partido es marcar un gol en la portería contraria e impedir que lo haga. El equipo con más goles gana tras el pitido final. En caso de empate, el partido puede terminar en empate, o en torneos se puede recurrir a la prórroga o a la tanda de penaltis.

Un partido de fútbol consta de dos tiempos de 45 minutos y un descanso de 15 minutos. El árbitro, que actúa como juez en el campo, supervisa el cumplimiento de las reglas por parte de los jugadores y tiene la autoridad para detener el juego, prolongarlo o señalar tiros libres por infracciones.

Hasta que el balón cruce el campo o el árbitro dé por finalizado el partido, el balón estará siempre en juego. A excepción del portero en su área, los jugadores no pueden jugar con las manos. Las infracciones graves pueden resultar en tarjetas rojas (expulsión del campo) o amarillas (amonestación), así como tiros libres o penaltis.

Un importante reglamento de fuera de juego establece que un jugador en posición de fuera de juego no puede recibir el balón si, en el momento del pase, se encuentra más cerca de la portería contraria que el balón y el penúltimo defensor. Por ello, es más difícil “atrapar” el balón cerca de la portería contraria.

El torneo decide cuántas sustituciones se permiten, normalmente tres, pero ocasionalmente hasta cinco. Los principios del juego limpio (juego limpio e igualitario) deben aplicarse a todas las infracciones.

El sistema de repetición de vídeo (VAR), introducido en el fútbol moderno, ayuda a los árbitros a tomar las decisiones más justas en circunstancias difíciles, como al decidir sobre un gol, un fuera de juego o una infracción.

Seguir todas estas pautas garantiza la igualdad de circunstancias, fomenta un espacio común para un partido animado, el crecimiento de los jugadores y las emociones, y hace del espectáculo del fútbol una auténtica fiesta para millones de espectadores en todo el mundo.